lunes, 25 de abril de 2016

ástin mín (María Sotomayor)

Yo también voy a construir un castillo
un pulso de azucenas
y jardines que aparecen en el hombro

un castillo donde soltarme el pelo de repente
y que todas las palabras cayeran de pronto

pero si crecieras en ese castillo
con cosas grandes que se encienden en el tacto
y salen asustadas en algún momento
saludaré a los planetas para leer tu nombre
y dar las gracias por el paisaje tan verde
y saludar como hacen las personas grandes
de derecha a izquierda a través de los hombres que cantan a coro

te haré un castillo
que será una aldea con sus aguas suaves y violetas
y nunca tendrás sed, porque toda la humedad estará en el vegetal
y bajo la lengua, alfombras de terciopelo que simulen fuentes y raíces

y apareceré en el último suspiro de una flor temblorosa
desconocedora de su edad pero descendiente de los árboles
y todas las horas bajarán al oír tus ojos
como piedras lanzadas desde el cielo más alto de los vivos

y yo, seguiré haciéndote un castillo donde el invierno sobresalga
y mi corazón sea la lágrima gorda de siempre
donde las panaderas hagan panes con las manos
como hijos quisiera hacer yo
y los vientos un juego de luz gastada y melancólica

¿dónde está la estela del siglo?
¿dónde el rojo confundido con blanco?

Voy a hacer un sollozo con forma de castillo para que entren todas tus cosas
y pensar que un día fue dulce comprender todos los sitios de los nidos

la hora de los pechos sobre los puentes y su frío.


María Sotomayor

Poema publicado en: http://mariasotomayor.blogspot.com.es/

viernes, 15 de abril de 2016

UN PASEO EN UNA TARDE GRIS (Vicente Rodríguez Lázaro)

La tarde se despliega lentamente
acostada entre nubes de nostalgia,
grises como los pensamientos tibios,
bordadas en un cielo de cantuesos
que se adueña de sendas agostadas
barridas por un viento de fracasos.

Las nubes desparraman sus misterios
por los duros rincones del declive,
lo llenan de lamentos muy ceñidos
a los hábitos fríos del secreto
a las fuertes pisadas adheridos
que se adueñan del íntimo paisaje.

Un simple deambular en tarde gris
nos lleva a las esferas del ensueño
que se refugian en el limpio abrigo
oculto entre los recios matorrales.
Y no es la sombra del fugaz desprecio
el camino a seguir por nuestros cuerpos
al devorar los páramos secretos
que nos transportan al final del deseo.

Conforme recorremos la distancia
que separa el lejano nacimiento
del forzado y seguro desenlace
vamos acomodando nuestro ser
al complejo polígono de aristas
que dibuja el perfil de la existencia.

Así es nuestro reflejo en el cristal
que presenta con brillos de ilusiones
los rostros habitados por mentiras
que se aferran al sol de nuestros ojos,
donando hábitos a la sinrazón
de los sutiles dogmas envasados
por indignos sicarios del oprobio.

La tarde en gris vestida es tentadora
para que muestre tanta sangre el gozo
por discurrir en plena libertad
entre fluidos canales de batalla
que trazan en los nervios horizontes.

La tarde en gris vestida es persistente.
Absorbe nuestras ásperas visiones
y las disuelve en la tupida celda
de los nimbos oscuros que la visten
para enterrarlas cerca del olvido.

La tarde en gris vestida es decisoria.
Alivia los espíritus cansados
de todos los viajeros de este mundo
que estamos condenados a pisarlo
desterrando muy lejos las cadenas
que intentan constreñir nuestros progresos
hacia el último viaje dirigidos.

La tarde en gris vestida siempre acoge
la serena belleza del crepúsculo
que tiñe de carmín iluminado
tantos vanos afanes de esperanza
por limpiar de reveses la andadura.

Las nubes se terminan esfumando
en la línea precisa del recuerdo
aguardando el final de nuestros pasos.

Vicente Rodríguez Lázaro


Fotografía de Jesús de la Montaña Cid https://www.facebook.com/jesus.delamontanacid?fref=ts 

viernes, 8 de abril de 2016

FRÁGILES (Angel Manuel Gómez Espada)

Frágiles,
Como nunca antes lo habíamos sido,
Nos deslizamos por una fina capa de hielo
Que se expande como tormenta de invierno,
Vislumbrando un horizonte escrito en blanco y negro.
Los patines son de escarcha y de rocío.
Bajo nuestros pies, el sueño que fue Atlántida
Nos aguarda con los brazos abiertos.

Angel Manuel Gómez Espada


De Los hijos de Ulises (Le Tour 1987).
[Recogido también en la antología Desde el mar a la estepa (Chamán Ediciones, 2016)]

jueves, 7 de abril de 2016

DON QUIJOTE (Pilar Alcántara)

Vivieron hace muchos años
en un lugar de la Mancha
dos famosos personajes:
Don Quijote y su escudero,
al que llamó: Sancho Panza.

Don Quijote era delgado,
soñador y aventurero
quería ser caballero
de los llamados andantes
y a su caballo le puso
como nombre: Rocinante.

Su amada era una muchacha
que a él no le parecía fea
sino hermosa cual princesa
y la llamó: Dulcinea.

Don Quijote y Sancho Panza
vivieron aventuras grandes,
¡peleando con molinos
que parecían gigantes!

Todo esto lo escribió
desde su imaginación
y en una novela grande
un escritor español:
Nuestro Miguel de Cervantes.


(Pilar Alcántara. Marzo de 2014)

martes, 5 de abril de 2016

DUERME UN HOMBRE EN MI PUERTA (Patricia Amigo Lorido)


Duerme un hombre en mi puerta:
nadie lo mira.
Me adorno la tristeza.
Me cae sobre la frente una ramita
y se me vuelve enredadera.
Alumbra las penas cotidianas
que me guardan las pupilas.
Cuelgo en la ventana una bufanda:
el peatón aminora la marcha.
Un ojo de avestruz me jura
que nadie nos verá si no miramos.

Patricia Amigo Lorido



lunes, 4 de abril de 2016

LUZ ENTRE LA NIEBLA (Demetrio Alonso Izquierdo)

He pasado meditando,
junto al banco solitario,
la farola rota,
y la hierba seca.

Esa tarde tan oscura,
buscaba tu memoria entre la niebla.

Te vi sentada junto al río,
leyendo el paso del agua
sin mover la cabeza.
Con los ojos hundidos,
abrazando un libro de poemas.

Te vi,
hasta que la luz entre los árboles,
iluminó tu ausencia.


Demetrio Alonso Izquierdo
de su libro de poemas “Sueños y Nostalgias”