viernes, 4 de octubre de 2019

DISCUSIONES

Discuto a menudo conmigo mismo
sobre la poesía que quiero o debo hacer:
metapoesía, poesía de la experiencia o de la conciencia,
poesía social o revolucionaria, intimista o extrovertida,
desgarradora o liviana, sentimental o intelectual
o una mezcla de las dos.
Podría escribir poesía autobiográfica o inventada,
de amor o de humor, de vanguardia o de tradición.
Y ese diálogo me excita, y quizás haga un poco de todo ello
sin saberlo, porque, a fin de cuentas, escribo lo que aflora
de algún cajón intempestivo que no me deja dormir.
Siempre me soy sincero, aunque a veces soy ambiguo,
solo por gusto y no por decoro.
A veces mido, cuadro y estructuro, y las más,
me dejo llevar por el instinto.
A veces juego y me divierto, o me pongo muy serio
y estirado, grave y hasta subrayado.
Escribo lo que me gusta, lo que me preocupa o distrae,
y siempre hay alguna idea que me persigue,
como al barco las gaviotas,
hasta que arriba al puerto y lanzo mis palabras a la brisa,
como cenizas transparentes, como pedradas o rosas,
como espumas o cuchillos,
todo lo que viene después, ya no corre de mi cuenta.



Luis Corrales
del poemario "Sombras en el espejo", A.C. Letras Cascabeleras 2019