Deja
la silla ahí sentada
y
para el reloj que ya es la hora
¿la
hora de qué?
pues
la hora de los relojes parados.
Deja
abierta la ventana
para
que entre la noche
y
esa cortina de aire
que
está ahí fuera esperando,
dile
a las estrellas y a los truenos
que
pasen también,
que
entren los barcos y las cataratas,
las
nubes y las tormentas,
pero
no dejes pasar, bajo ningún concepto,
las
horas de los otros relojes.
Luis Corrales
(Del poemario "Monólogo a dos voces" Editorial SELEER, Málaga 2017.
Segunda Edición: Editorial Inexistente 2018)
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